En la última década, las redes sociales se han convertido en un elemento esencial para diversas industrias. Más allá de satisfacer la necesidad constante de los usuarios de compartir su vida, viajes, relaciones, amistades y preferencias, estas plataformas están en constante evolución y mejora para ofrecer nuevas y emocionantes oportunidades a su audiencia.

Pero además de todas estas características, ha creado oportunidades no solo para diversas industrias y marcas, sino que también ha supuesto una gran oportunidad de negocio para sus usuarios, los influencers, personas reconocidas en redes sociales con gran impacto en las opiniones y hábitos de consumo de sus seguidores. En la actualidad, se estima que los ‘influencers’ ganan sueldos más elevados que altos ejecutivos de prominentes empresas y son herramientas clave para las marcas y el consumo de las mismas.

En una era en la que la tecnología y el consumo excesivo están a la orden del día, llega la inflación y recesión, una consecuencia de la post-pandemia que todos veíamos venir, pero que para ningún bolsillo hace gracia y donde tanto empresas como personas han debido reagruparse y buscar maneras de sobrevivir.

Y aún cuando las marcas siguen invirtiendo gran parte de su presupuesto de mercadeo a los influencers; en los últimos días, los adeptos a las redes sociales, en especial TikTok, han sido testigos de una nueva tendencia que alerta no solo a audiencias sino a marcas. Así nace el de-influencing que tal como su nombre lo dice, se trata de creadores de contenido o influencers invitando a la gente a no comprar o usar ciertos productos que se están ofreciendo a diestra y siniestra a través de las redes sociales.

En los últimos días el nuevo hashtag #deinfluencing ha ganado popularidad en TikTok, alcanzando más de 123 millones de vistas y generando una mayor discusión sobre el consumo excesivo. Este hashtag incluye múltiples videos de creadores de contenido y usuarios compartiendo sus experiencias personales con los productos que han adquirido a través de TikTok y otras redes sociales, y animan a la audiencia a reflexionar antes de ser presionados y persuadidos por la sobreexposición de publicidad en las redes sociales y terminar comprando artículos innecesarios por impulso.

El concepto de “desinfluenciar” ha estado presente por años como las malas críticas o bad reviews, solo que ahora se ha adaptado a la era de los videos cortos. Los influencers y creadores de contenido, ya sea por tener acuerdos con marcas o por recibir productos gratuitos, o incluso usuarios comunes que compran productos vistos en las redes sociales, utilizan el hashtag #deinfluencing para compartir sus opiniones honestas.

Los creadores de contenido e influencers han tenido un impacto significativo en la decisión de compra de productos como maquillaje, decoración del hogar, cuidado del rostro y cabello, entre otros. Sin embargo, la tendencia varía entre generaciones. Según Marketing Dive, un 44% de la Generación Z confía en las recomendaciones de los influencers al momento de comprar, en comparación con solo un 26% de la población en general.

Pero a pesar de todo lo anterior, no solo agencias representando a creadores de contenido, sino los mismos se han quejado de las tasas de enganche (engagement) más bajas de la historia, todo esto a causa de las múltiples regulaciones que se han impuesto para estas personas y que cada vez generan un mayor cuestionamiento en sus seguidores de saber si las recomendaciones serán genuinas o meramente transaccionales.

¿Es este entonces el momento en el que tanto marcas como influencers deben detenerse y repensar su propuesta y estrategia? Las marcas deben buscar voceros que, de manera genuina crean en su producto o servicio y sepan reflejarlo de una manera auténtica; por el lado de los influencers y creadores de contenido, se debe pensar con conciencia, qué alianzas realmente están acercandolo a su propósito y a su audiencia y qué alianzas está realizando, a pesar de sentirse inseguro, a cambio de una remuneración que lo aleja de su propósito y de la responsabilidad que tiene con su audiencia.



Source link